Te interesa

Enlaces relacionados

opinión

Riesgo sísmico

Riesgo sísmico

Terremoto

Vivir un terremoto puede ser una de las experiencias más terribles que una persona pueda tener. El suelo es nuestra referencia, lo que nunca va a fallar bajo nuestros pies. ¿Qué podemos pensar cuando se agita como una veleta ante el viento? Este acontecimiento hace que muchas personas se dejen llevar por el pánico y actúen sin reparar mínimamente en las consecuencias.

En el estado actual de conocimiento es imposible predecir la ocurrencia de un terremoto en un determinado lugar y fecha. Sin embargo, aunque esto pudiera hacerse, de poco nos sirve si sólo tenemos unas horas o con suerte unos días para reaccionar. En este supuesto con gran seguridad salvaremos nuestras vidas, pero si antes no hemos tomado unas mínimas medidas podremos perder nuestro hogar o estar largo tiempo abandonados a nuestra suerte, con escasos medios para sobrevivir.

Es por ello que la mejor medicina hoy en día sea la prevención y la preparación para actuar adecuadamente el día que ocurra el terremoto. En ambos casos es necesario conocer los fenómenos que se desencadenan y las situaciones, a veces inesperadas, que se crean como consecuencia de la ocurrencia de un terremoto.

Un terremoto, o seísmo, es una repentina vibración del terreno que se produce por una brusca liberación de energía en forma de ondas elásticas, que se propagan en todas direcciones desde un área o punto denominado hipocentro, y que se proyecta en la superficie terrestre en el epicentro.

Para medir la magnitud, es decir, la fuerza o energía liberada por los terremotos, se utiliza la escala de Richter. Pero los daños producidos dependen de muchos otros factores, entre ellos el tipo de terreno y la calidad de las construcciones. Para medir la intensidad o los daños, se emplea la escala Escala de Intensidad Macrosísmica Europea (EMS-98), que abarca desde el grado I, el más ligero, hasta el XII, considerado como destrucción total. A partir de los grados VI y VII empiezan a producirse daños importantes.

La Comunitat Valenciana está situada en un área de actividad sísmica moderada a escala mundial, pero de relativa importancia en la Península Ibérica, incrementándose el riesgo hacia las comarcas más meridionales de nuestro territorio. La mayor peligrosidad sísmica se concentra en la comarca del Bajo Segura de la Comunitat. En el pasado, zonas de nuestro territorio se han visto afectadas por grandes terremotos, como el de Torrevieja, que el 21 de marzo de 1829 causó cientos de muertos y heridos y destruyó la mayor parte de las viviendas.

Los grados de intensidad sísmica que afectarían principalmente a las provincias de Valencia y Alicante, en caso de producirse los terremotos más graves esperados (para un periodo de retorno de 500 años), serían desde VI hasta X.

La detección temprana de un seísmo corre a cargo del Instituto Geográfico Nacional, que con su red de sismógrafos detecta al instante en su central la magnitud de los terremotos.

Si bien la construcción realizada en los últimos años, de acuerdo con lo previsto en la normativa sismorresistente, destinada a la reducción de los daños que puede provocar un terremoto en edificaciones en general, e infraestructuras esenciales, supone una herramienta fundamental para la prevención de los posibles daños, resulta también necesario tener prevista la organización de los recursos necesarios en caso de ocurrir una catástrofe de estas características.

Tal y como indica el análisis de riesgo del Plan Especial frente al Riesgo Sísmico en la Comunitat Valenciana (Decreto 44/2011) los municipios afectados por este riesgo en la Comunitat Valenciana pueden distribuirse de la siguiente forma:

  Municipios
Comunitat Valenciana Alicante Castellón Valencia
Intensidad >=VII 327 136 0 191
  >=VI y <VII 76 5 4 67
  <VI 139 0 131 8
Total   542 141 135 266